
...pero estos días han sido muy malos. No me ha caído una lluvia de sapos, ni me han puesto en dilema de la píldora rojiazul; tampoco conocí un hijo perdido con nombre de detergente o fragancia del Palacio de Hierro, ni descubrí que mis sanos 60ytantos kilos mutaron en una versión chicana de Jabba the Hutt. No soy fan del America, asi que me trae sin cuidado sus goleadores llenos de plomo. Y no, tampoco me percate de lo terriblemente malos que son mis chistes malos. Para mi, esos serían los dias divertidos, los que se cagan sobre ti y después, limpiecito y gregario, puedes reírte de ellos; los que te obligan a trazar una sonrisa simplona entre refunfuños y demás desventuras.
No, estos son dias MALOS, con mayúsculas, neón y letra capital. Supongo que 72 horas de cristalina felicidad son casi un atracón alimenticio en mi bulímica personalidad. Ahora, sigue la culpa. Sintiéndome sin proposito, sin éter, con demasiado para el futuro y una mierda sin azúcar en el hoy. Como dirían en mi granja, sin ton ni son. Si alguien viese mi aura (¡si yo tuviera un aura!), estaría tan gris y amarga como una tumba. Y es que no hay nada peor que la alegría que te empapa y adormece, pero al tocarla, se extingue. Tengo y puedo hacer todo para vivir sano y fresco como una lechuga... pero estoy demasiado apagado y silencioso para intentarlo.
Con todo, i'm fine. Me consume la desgana, el aburrimiento es un tormento y Crisisdeidentidad © esta jugando Monopoly con mi libido. Y asi, aun asi estoy feliz. Ante solía vivir placidamente con un montón de telarañas, “chingadamadres” y miradas asesinas. El tipico chavito altanero, escueto y puto que se sentaba hasta atrás para dibujar jeroglíficos. Pero en estos días descubrí que, aunque la vida sea la mierda mas impropia defecada por Zeus, puedo buscarle el lado bueno, lo divertido, lo emocionante y lo sorprendente. Puedo trazar una sonrisa simplona entre tantas desventuras.
Disculpen lo inexacto de mi perorata: algunas neuronas salieron de parranda, y las restantes son demasiado Gutierritos para funcionar. Como ese capitulo de Bob Esponja, cuando Calamardo le obliga a dejar su mente en blanco para ser un mesero perfec... Bah. Mejor me callo...