all apologies.


Un día cómo hoy, la fortuna y el destino hicieron patente su incapacidad de hacer lo bueno y lo correcto, y convirtieron a Kurt Cobain ya no en cadáver, sino en mito urbano, deidad de los copycat, aluvión de discos platino post-mortem, premio de consolación para la intrascendente escena grunge, resabio de felicidad para la generación que creció creyéndose Ginsberg por hacer graffitti afuera de la prepa, el ídolo de masas y símbolo sexual que siempre renegó ser.

La muerte convirtió al pródigo de Aberdeen en todo aquello que siempre despreció, la sátira de una farsa de un pretendido provocateur.

Ése cinco de abril, mientras dios estaba en su cielo y los hombres se endulzaban con asfalto y formol, y la fortuna y el destino se tocaban los cojones a capricho, Kurt se convirtió en la sombra de si mismo, la calca de un niñato junior con peinado imposible que sólo quería hacer canciones y romper su propia madre, sus propios argumentos, su íntima idiosincrasia. Supongo que por eso lo amo de ésta forma: porque los dos queremos arder en los mismos fuegos.

Se murió él y no Axl Rose (1). Eso demuestra de una buena vez que dios no existe.


(sin comentarios.)


(0) Special thanks a Pedro y a Isaac, que me recordaron
prontamente que hoy era uno de esos días.


(1)
Y, por si no lo sabían, odio Guns N' Roses.

sex, lies and telephone.



Alex (mi terapeuta de cubatas) y una encantadora jovenzuela
(a quien llamaremos... Peggy, digamos) charlan por teléfono acerca de Cesar, BFF del primero y novio de la segunda.

Alex: “¿hola?”
Peggy:emm, sos alex, ¿no?”
Alex:emm, si, ¿quién habla?”
Peggy: “soy Peggy, la NO-VI-A de Cesar.”
Alex: “ah, ¿qué pasa?”
Peggy: “te quería decir que estoy algo fastidiada. Resulta que ahora Cesar te habla de sus problemas más a vos que a mí.”
Alex: “emmm, ¿y yo que culpa tengo?”
Peggy: “que quiero que me cuentes cuáles son sus líos, el no me los cuenta así que decímelos vos, ya que sabes tanto de él.”
Alex: “si no te los cuenta el, no lo haré yo.”
Peggy: “¿o sea? Me embola que sepas más que yo. ¡Yo soy la novia y no me cuenta nada Además, siempre esta hablando de vos y tu enfermedad y no se qué... Y desde eso es que Cesar anda mal, no sabe que rollo.”
Alex: “¿decis que desde que Cesar se preocupa por mi enfermedad está mal, no sabe que rollo?”
Peggy: “si, porque lo preocupas de más. Estaría bueno que te alejes de él.”
Alex: “¿soy contagioso o qué?”
Peggy: “si, si eso mismo: le hace mal estar con vos.”
Alex: “tene cuidado de contagiarte mi enfermedad via telefónica, turrita.”
Peggy: “...”

(Tono de marcado)

Al día siguiente. Peggy hablando con el susodicho Cesar.

Peggy: “hable con tu puto amiguito. Le dije que se aleje de vos.”
Cesar: “¿...?”
Peggy: “¡él te hace mal!”

Dos horas después.

Alex: “hola...”
Peggy: “¡AGH! ¡CESAR ME DEJÓ, JOPUTA! ¡AGH! ¡¡TODO POR TU CULPA!!"
Alex: “vale, buzón de corazones rotos. Deja tu mensaje después del 'JA-JA'.”

Dos horas después...


Seis horas después. Alex y su servidor, en messenger.

Yess: “debiste decirle que son homosexuales, que un par de firmes pechos no pueden interponerse en su idilio, y que sale con ella porque tiene bigote o algo.”
Alex: “pero no somos homosexuales.”
Yess: “eso es lo que dicen, agazapados en las penumbras del closet.”
Alex: “él que presenta rasgos homosexuales es él, no yo.”
Yess: “interesante.”
Alex: “hace una semana, viajé a visitarlo. Me saludó y en el abrazo me besó el cuello y mi camisa.”
Yess: “emmmmm...”
Alex: “son esos pequeños detalles los que hacen la diferencia.”

P.D: Lola Stone es dios. DIOS. Clic ACÀ. Wardo dice que tiene spoliers. Créanle.

(arriba) Phone Sex, de Bogac Dalkiran.