agarrate, Freddie Mercury.


No tengo muchas ganas de postear. Estoy atrapado entre el desenfado guapachoso y la rabia colérica por culpa de mi crisis de identidad (ojala Enrique Rocha o HAL 9000 me lo grabaran... seria tan bíblico.) Llegué a clase alborotándole el cabello a mi mozalbete compañero con calcetines de Bob Esponja, y sali haciendo señas impropias al siimiesco guardia de seguridad.

Volví a mi clase de violin después de unas innecesarias vacaciones. Miranda echó un ojo a mi cria: cojones, me atormento semanas creyendo que había perdido a mi fiel e íntima amiga, y el cabrón dice
“se movio el alma, pero de hecho, ahora suena mas elegante, mejor”. Whatever, a mi el concierto de Vivaldi (1) que nunca terminamos de ensayar sigue sonando grosero en mis manos.

Si los pronósticos son correctos, y Miranda no bebió mas de una copa hoy, cantaré el
Stabat Mater de Pergolesi con Susan, soprano. El WTF? de la semana: tengo voz de contratenor. O eso dice mi desubicado profesor. Bueno, si, si alcanzo notas altas... ¿pero contratenor? Okey... Yo que siempre me clasifiqué como reggaetonero de coloratura...
Pfff. Ces't la vie. La ambivalente, la puta vie.

(1)

(1) RV 275, en E minor, de Antonio Vivaldi. Maldito seas, grosso.
(arriba) The Best For You Is Absolutely Unattainable:
Not Being Born, Not Being, Not Being Anything,
de Nicola Verlato. Flipada como el título...

1 comentarios:

Crowley dijo...

Ay, amigo Yess, ¡qué sorpresas nos da la vida! ¿eh?. Yo en cambio ni contratenor ni nada de nada, que no tengo oído dicen (que no sé que tendrá que ver con cantar, porque lo que no tendré será voz, digo yo).
Mis saludos y cuidado con las crisis de identidad, que a mi en la última me dió por ser un villano que quería conquistar el mundo, ya ves

Publicar un comentario