(ghost in my machine.)


Querido Yess:

Si, se supone que hoy escribirías tú. Se supone, también, que sería tu personalísima aceptación a la existencia de una voz en tu cabeza que ya es alguien, que ya tiene nombre, apellido, una polla y una razón. Se supone que ibas a dejar que lo mio se deslizara entre tus palabras, que tu Pepe Grillo mal viajado y joputa cogiera sus propias letras con la cabeza gacha y tus buenos/malos deseos.

Okey, tengo noticias: no necesito tu permiso para ser yo, Yess. Solo necesito un rincón de tu conciencia, un lado de tu cuerpo y raciones de cerveza de vez en cuando. Hoy escribo yo, desde cero, por la misma razón que tú no puedes escribir una palabra sobre mi aún, la misma razón para que mande a la chingada ese rincón de tu conciencia donde se me hiela la sangre: te faltan cojones –no tienes tanto coraje, tanta fuerza, tanta bravia, tantos huevos, llamalo como quieras. Puedes ser un valemadrista experto, un indianajones de mala profesión, un correcto idiota que asume riesgos todavía mas idiotas para convencerte de lo que te sobra; pero nunca has sido ni la mitad de lo que deseas.

Vives convencido de que llegaste al mundo para existir a medias entre la decepción y la furia (ni siquiera puedes vivir tus emociones completamente), y que saldrás de él por el resquicio de la puerta, en perfecto silencio y con sangre entre los dientes. Las cosas que deseas, las cosas que te hacen feliz, las cosas que te regalan un pedacito de esa cosa que los demás llaman felicidad y tu no puedes aceptar en tu espectro de sombras y basura: esas cosas se te escurren de las manos y no puedes/no quieres/no te importa aferrarlas. Tal vez tengas miedo de perder ese enfermizo pesimismo que te robas de Nietzche; o tal vez no soportes la idea de que un puñado de sonrisas te quiten las ganas de derrumbar lo que se ponga en frente en pos de tu humanidad; o tal vez simplemente eres adicto a llevar la contra, incluso a ti mismo, y rasguñar tus ilusiones cumplidas es solo una trampa construida por esa parte de ti que realmente tiene ganas de vivir un poco mas. Tantos pretextos, chinga, y ninguno lo bastante bueno para dejarme existir en calma, en mi propio plano, en mi propia cabeza, y dejar que tu y tu mitad muerta se hagan bolas con tu existencia desechable y baja en calorías.

Como sea, el resto de ti, esa mitad que puede y quiere tener esperanzas, es un simple y puto cadaver. Húmedo, deshecho, mecánico y empaquetado. Ni siquiera eres consciente de la hora de muerte, doctor, y con todo y eso, te vanaglorias de tener cada minuto cuidadosamente estructurado para aventurarte en el siguiente. Pero yo si sé de cada golpe, cada cuchillada, cada madriza, cada follada, cada escupitajo, cada vejación que ese pobre cuerpo tuvo antes de ser lo que ahora es. Mientras tu te atascabas de retazos de egoísmo y tristeza, a veces con helados trocitos de romance que te quemaron la piel al final, yo le escuchaba sollozar bajito, sin suplicas, sin lagrimas, murmurando las cosas y sueños que nunca pudo tener. No hagas esa cara, por dios, no bajes la mirada; si no soportas ser consciente de lo que eres, y mucho menos que tu Pepe Grillo mal viajado te lo espete, entonces, cierra la ventana y túmbate a dormir. Patalea buscando las pesadillas que nunca tienes y mueres por tener, ahogate en las falsas memorias que te diseñas cada mañana para no sentirte tan vacío y solo. Porque de cualquier forma el cadaver sigue dentro, muy pálido y desmenuzado, y las esquirlas de sus huesos te van a lastimar siempre. Siempre.

¿Triste, no? Que deprimente. Que lovecraftiano. Mírate al espejo, y dime si no alcanzas a ver detrás de esa cara de angel y el cabello esmeradamente desarreglado los restos del Yess que podía sonreír sin sentirse culpable, el Yess que no se obligaba a querer, el Yess que no necesitaba brincotear para convencerse de su capacidad de ilusionarse.

Pff, ya me puse exagerado y dramamón. No me voy a disculpar por deprimirte. Pero tampoco soy tan sádico como tú para pajearme pensando en lo que sufres al leer esto. Si quieres te lo digo: no me caes mal, pero tampoco eres precisamente la persona mas encantadora del mundo. Que tengas absoluto control del cuerpo que (no tengo otra puñetera opción) debo ocupar es realmente jodido. Y aún así, lo acepto. No se trata de conformismo, Yess, y digas lo que digas, el conformismo no es la maldita enfermedad que te crees capaz de sacudir de tu sistema. Es la realidad. Cualquiera de tus fallidos terapeutas, incluso Araceli, te diría que soy un proceso mental, una especie de defensa contra los instintos que ninguno de lo dos querría ver. O te dirían que los indicios de esquizofrenia pasaron de indicios y ya eres el loco que todos esperaban que fueras. O te dirían que realmente estas perdiendo el coco, y te volverían a atascar de pastillas y tu a colocarte muy gustoso. O alguno te podía decir que no eres mas que un pendejo narcisista que quiere llamar la atención que nunca tuvo. Yo escucharía a cada uno pacientemente, con una mueca de hastío, y me cagaría en sus prognosis. Porque yo sé lo que soy, Yess. Tú lo llamas una interpretación diferente de tu propia personalidad, pero yo lo llamo simplemente estar. Estoy aquí, puedo sentirme, puedo escucharme, puedo sentir. Desde las uñas hasta los huesos son tuyos y de nadie mas, pero estoy aquí. Con la misma seguridad que afirmas tu indigna muerte a los 35 años, yo puedo afirmar que estoy aquí, en el mismo lugar donde la persona y no el personaje de Yess vive sus pequeños terremotos.

Supongo que he estado siempre. Hace años, cuando te empujaban entre las bancas y te aporreaban con sus puños y sus coloridas tijeras de punta roma, yo estaba allí, ardiendo de rabia entre tus lágrimas, listo para saltar sobre ellos y arrancarles la nariz a mordidas, atragantarme con su sangre y terminar la tarea de mate que habíamos olvidado. Pero eras tú el que recibía los madrazos, el que se atascaba de moretones, y yo tenía que aceptar que era poco menos que un fantasma. Cuando nos han soltado un regaño estupido e irracional, que tú aceptabas cual coredrito apaleado (porque, recuerda, fuiste educado en la creencia de que guardar secretos es un crimen), yo estaba allí, rechinando los dientes y tragándome por tu voluntad un montón de groserías y excelentes argumentos para asustar a cualquier padre de familia, tutor responsable, señora profesora de tetas grandes. Yo era apenas un mohín en tu rostro, y a veces alcanzaba a gruñir entre tus labios. Has tenido que madurar y sufrir bastante para soltar

Cuando descubriste que los chicos eran un pedazo de porquería bastante guapos, y que las chicas eran una muy comoda compañía, yo estaba allí, con mis once años, ocupándome de descifrar las tonterias que balbuceabas para ti mismo buscando una respuesta que yo tenía, pero no te atrevías a aceptar. Creo que fue mi única verdadera victoria, cuando aceptaste sin mas que no importa lo que cuelgue entre las piernas del universo entero, lo que importan son las personas. Créeme, no han sido chidos los besos con sabor a marlboro, los fajes de rutina y esas tonterías gays que no te importa vivir. Pero lo he aceptado, y mientras te ocupas en eso probablemente yo estoy jalándomela en honor de Emma Watson o Carey Mulligan. Tú eres lo que eres, y creelo o no, mientras no tenga que flirtear con ningún chavo, perfecto por mi, dale duro a la verga.

¿Recuerdas la secundaria, esos años insoportables y detestables que intentas extirpar de tu mente como si fueran un tumor con sabor amargo? ¿Recuerdas las crisis nerviosas, los berrinches, los gritos, las golpizas, las novias putas que te importaban un comino, los amigos que se evaporaban, los cientos de veces que intentaste cortarte y fue tu rabia la que te salvaba la triste vida? Yo estaba allí, tomándome un break en esto de vivir emociones reprimidas, y tú te ocupaste de explotarlas, vivirlas y transformarlas. A mi parecer, no era la forma de vaciar lo que durante años te esforzaste en enterrar, pero por una vez tomaste tus propias decisiones, sin importar cuanta basura volcaras en los demás. Porque te importan las personas. No terminaré de entenderlo nunca, porque a mi el resto de los seres humanos me son demasiado efímeros y encerrados para comprenderlos, pero tú, Yess, maldito seas, puedes escudriñarlos, y de mil formas diferentes, te conectas. Puedes odiar hacerlo, pero te conectas. Es como your best nightmare.

Has tenido buenos momentos. Grandiosos momentos, cabrón, y es tu maldita necedad por contradecir y correr al extremo opuesto de cada evento y cosa lo que los ha convertido en infiernos. No culpas a la suerte, no culpas a dios (
hereje-je-je), no culpas a la maldad imperante en el mundo, te culpas a ti mismo. Pero, joputa, en realidad me culpas a mi. Sin darte cuenta, odias a la parte de ti que si quiere intentar ser feliz, a la parte de ti con cojones para hacer lo que le venga en gana, a la parte de ti que si puede decir TODO lo que le apetezca y no morderse la lengua por ella. Odias a la parte de ti que intenta ser el cadaver de ti mismo, y esa parte soy yo.

Te preguntas, me preguntas porqué me molesto en aparecer ahora. Porqué tu Pepe Grillo mal viajado decide freírte los sesos en este preciso momento de tu vida. ¿Será porque perdiste las ganas incluso de ser un asco? ¿O porque el único sueño real que podías acariciar y perseguir lo has convertido en una patética meta de curriculum? ¿O porque has apostado tu vida a un examen como tantos otros, en vez de apostarla por aquello (y ese quien) a quien tanto
amas? ¿O basicamente porque por fin puedo tomar forma y nombre en la personalidad de un pringado de cómic, y ya no tengo que molestarme en explicarme a mi mismo el significado de mi ocasional existencia?

Al carajo, cualquiera vale.

La cosa es que estoy aquí. Demasiado real, demasiado... inseguro, joder, realmente aterrado. Por fin me conoces tal y como soy, como todo eso que decidiste (¡nadie te lo quitó!) echar bajo la alfombra, porque Yess no puede ser de esos que viven la vida al máximo, sino el que la sortea y le jala las bragas para pisotearla. Me conoces como tu Tyler Durden de poca monta, el Edward Hyde que no admiras, como la vocecita que comparte tu materia gris para invadir el resto de tus entrañas y hacer las cosas correctas. Las buenas, las felices. Las que quiero y tú quieres que sean. Me conoces como un simple aspirante a cadaver, como ese enfermo que no pretende meterte por culo enseñanzas de vida y chorradas new age, sino un poco de orden. Y quién sabe, tal vez una sonrisa real de vez e cuando. Como Las que se pudren sobre el cadaver de lo que nunca fuimos ni seremos.

atte. Dave Lk.

les revenants.


Quisiera tener una excelentísima y emocionante historia para excusar mi larga, larga ausencia de mi H. blog. Quisiera poder contar que me enfundé en spandex y katanas para combatir el narco, me electrocutaron los testículos y me convertí en el Charles de Gaulle chilango. Sería la neta decir que fui abducido por humanoides de ambigua sexualidad, y enfrenté mis demonios internos en un viaje hacia Jupiter sin retorno. Igual y les echo un choro sobre mi (por fin) merecido reconocimiento a la investigación sobre el apareamiento de los ornitorrincos trasvestis, o mínimo que finalmente conseguí un digno trabajo y puedo atascarme de libros y cómics y firuletes hasta enloquecer.

Pero soy honesto, y la verdad es que no he posteado nada simplemente por
pereza. No tuve ideas. Cero. No me apetecía perderme en largas diatribas sobre mi vida como las que suelen encantarme volcar en estos bytes. Algo grande ocupó mi cabeza estos largos días, y ese algo es La Ópera Genética.

(1) No me voy a explayar en detalles: ya todos (creo) saben que uno de mis musicales favoritos es Repo! The Genetic Opera, esa mafufada-rock-casi-gore donde Sarah Brightman se arranca los ojos en un suicidio cleopatresco y Anthony Head descuartiza desgraciados con coritos pegajosos. Después le dedicaré un buen post para contarles las muchas razones para estar en un sitio importante de mi vida. Lo que ahora me importa es LA Ópera, un proyectito que traía entre manos y que, bendito sea Chuck Norris, por fin se hace realidad.

Basicamente, será una adaptación teatral de esa sádica ópera rock, y me ocuparé de dirigir, adaptar, diseñar y demás gracias.
Fernanda se ocupa de las traducciones, la dirección vocal y el protagónico (¿quién mas, vaya?), y si todo apunta a lo que planeamos, estrenaremos en noviembre. Será una puesta en escena extraña, abstracta, minimalista e industrial, mas intrínseca y dramática que el REPO! que todos conocen. Y no me importa decirlo, no recuerdo haber estado tan emocionado desde hace años. No estresado, no agobiado, no aterrado o con ganas de extirparme los riñones con un popote. Pura y felizmente emocionado.

Siempre lo menciono, creo. Pero de todas las cosas que quiero ser en mi vida,
cineasta es mi máxima aspiración. No me pregunten porqué; seguro les respondo con mi típico argumento “tengo complejo de dios, y amo manipular y atormentar vidas ficticias”, o algo así. Simplemente, no hay otra cosa que pueda producirme tanto placer como crear, y el éxtasis de eso es dirigir. Sea cine, sea en teatro, sea en un puto videoclip, un performance, lo único que siquiera se le compara es el vértigo de escribir lineas y lineas construidas y derrumbadas en mi cabeza. Y con todo, escribiendo no tengo el mismo frenesí que al dirigir a un actor. Quienes se atreven a trabajar conmigo lo saben, soy un maniaco incapaz de pensar en otra cosa además de su historia, cagar y respirar. Okey, follar un poco.

El año pasado fue mi último trabajo como director. Realicé
Huis Clos, de Sartre, y en honor a la verdad, no fue lo que esperaba. Pero lo gocé. Como he gozado cada uno de mis trabajos. Los vivo, los sufro, los lloro y los agradezco... Tampoco me pregunten porqué, pero nada se compara con La ópera Genética. No hablo de algo técnico o artístico o aspiracional. Hablo de mis emociones; nunca había sentido tanto arrojo y felicidad al saberme encabezando un proyecto como este, surgido desde cero entre mis viajes de almohada y anfetamina. Nunca había tenido un desafio tan grande, un anhelo tan cabronamente intenso de llegar al día del estreno y verlo nacer ante mis ojos.

Ahora mismo estamos en proceso de
castings, recibiendo solicitudes y todo ese rollo. Si les interesa, fans queridos, chequen el feisbuc de la Ópera para los detallicos de la audición. Y pasen la voz. Estoy tan urgido de actores como Maribel Guardia de una pensión.

(02) El examen al CCC está decidido, si. Pero de la nada también me aferré al examen de admisión a la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM, pues). Especificamente la carrera de Diseño y Comunicación Visual. Eh... Tampoco me pregunten de que va, pero el plan de estudios es una extraña mescolanza de diseño gráfico, comunicaciones, historia del Arte. Por lo menos a mi me calza muy bien. Por supuesto que mis cojones y esperanzas están depositados en el CCC, pero confio en la carrera de diseño como una excelente alternativa. Y, siendo franco, estoy desesperado por estudiar lo que sea.

Hoy terminé mi registro de solicitud por internet. Tuve una pelea espartana con mi cámara para conseguir una foto decente que mandar, y de paso me hice un nuevo y nostálgico avatar. Como sea, está decidido. Y creo que no tendría tanto coraje si no fuera por
Eduardo (o Eddie, o Rubiko, o Summer, como gusten), lo bastante tocado para hacer examen al CCC y contagiarme la idea de entrarle a la carrera de Diseño igual que él. Nunca he necesitado que me digan que hacer y rollos pedagógicos. Pero es genial compartir el camino con alguien que es tu versión optimista, urgente y hetero. Je.

Anyway, por hoy terminé con
aprendizdesamsa. En serio, es un peso que me puedo quitar de encima, con tantas cosas que decir y no tener huevos para soltarlas. Aún tengo demasiada mugre acumulada, así que me soportarán posts diarios, constantes y sufrientes. Si por allí tengo algún fan de esos que correrían en la calle a pedir un autógrafo y les recibiese con una patada a lo Beatrix Kiddo y mentadas dobles, sepan que ya no abandonaré mi blogcito.

Show's over, motherfuckers.


p.d.01: ¿Ya les dije de los castings para La ópera Genética? ¿Ya...? Pues se joden. Actores y actrices de 18 en adelante, con vocales excelentes, freaks y comprometidos. Chequen los detalles aquí, en nuestro feisbuc. Y visiten nuestra linda web, acá mismo.

p.d.02: Por si les interesa, tengo mi lindo twitter, con el acontecer minuto a minuto de mi insulso e irónico existir. Y si lo digo es porque la pinche ballena me borró como 7,000 tweets. Así que técnicamente soy virgen en esto de la tuiteada. Denme follow y gocen con mis quejas y frases lapidarias: twitter.com/YessKx.

p.d.03: ¿Ya les dije de los castings para La ópera Gen...? Okey, dejo de fastidiar.

(arriba) SB19, de Marcel van der Vlugt.