los mas fuertes.


Okey, vuelvo a hablar de algo importante. Disculpen si no viene mucho al caso, y hagan el favor de no llamarme malinchista, terrorista, fascista, marica o lo que sea sin terminar de leer. Si hablo de esto en particular, es porque estoy muy metido en el tema. Y se los dice un tipo que medita y re-medita estas cosas por horas, días antes de escribirlas.

Hace unos días, la gobernadora de Arizona, Jan Brewer,
promulgó la ley SB1070, que a fin de cuentas todos decidimos llamar “ley Arizona”. Basicamente, criminaliza a los inmigrantes indocumentados, le otorga facultades a los policias federales para detener y catear a personas con la mínima sospecha de ser ilegales. Evidentemente, los principales afectados serán los mojados hispanos, que representan también la principal fuerza laboral del estado. O sea, lo mas chingón de lo chingón.

Me importa muy poco hablar de las consecuencias económicas y políti.../choreras de esto. Todo cae por su propio peso, y como diría Jarvis Cocker,
cunts are still running the world. A mi lo que me importa es el factor humano (órale). En especifico, el factor humano y mexicano. Porque, ciertamente, este país no tiene cara para acusar a Arizona, a Jan Brewer, a los racistas yankees por sus mortífagas acciones. Aceptémoslo: nosotros estamos mucho mas jodidos y equivocados desde los huesos.

Nos quejamos y sufrimos del racismo y la maldad y la intolerancia y la ignominia gringa. Okey, ¿y no tenemos nosotros, humildes y sufridos
mexicanos, la misma aberrante cruzada contra (uno entre tantos) los homosexuales? Ya no hablamos del prehistórico desprecio entre naciones, obligado y casi darwinesco; hablamos de los mismos herederos de culturas que crecieron con la misma piel, la misma sangre derramada, el mismo cabello: el mismo repudio a los raros, donde uno es juzgado como inferior solo por una perspectiva alternativa (nunca diferente) de lo que llaman amor.

¿Como podemos acusar a Jan Brewer de
cerda misógina, si el gobierno de Jalisco, Aguascalientes y aledaños exigen la reprobación legal del matrimonio homosexual y su libertad de expresión? ¿En qué derecho estamos de defender la mano de obra morena en los Yunaitesteis, si los despidos de trabajadores que dan el mal paso acá siguen impunes? ¿Podemos atacar sanamente la monstruosidad de exigir la green card a los paisanos, si la documentación para un seguro social está negada a las aberrantes parejas de lesbianas? ¿Podemos pegar el grito en el cielo por tan asquerosa y distópica injusticia que hace mear a Maquiavelo, cuando seguimos enclosetando adolescentes, echándolos de casa, golpeando, curando, masacrando y persiguiendo una mera extensión de la condición humana?

¿Conocen el grupo
Justicia Ciudadana? ¿Ese que caza, literalmente, parejas gays por la Zona Rosa, para golpearlos, amenazarlos y dejarles un mensajito en video para todos sus maricones compinches? No me parece muy distinto de las escuadras policiales que Brewer “entrenará” para reconocer inmigrantes... Supongo que ayudada con un poster de Speedy Gonzalez vagando en Tijuana, al igual que nosotros, buenísimos y dolidos mexicanos, asociamos homosexual con plumas, pañuelos, caravanas, voces agudas, amanerados, Garcés y bailoteos que ya envidiaría Beyoncé. Al menos Brewer tuvo el surreal descaro de responder un “honestamente no lo sé” al preguntarle como lucen los indocumentados. Cualquier chilango de buen hacer te responderia, a su vez, con una elegante diatriba donde puto, joto, afeminado e inmoral destacan de plano.

Seamos serios, y realistas:
ningún extranjero puede habitar un país sin los papeles en regla. Y eso es en USA, en Suiza, en Burundi, Checoslovaquia y la chingada. En principio, la ley Arizona no hace otra cosa que seguir los lineamientos de la constitución. Que en la praxis sea una idiotez terriblemente mal ejecutada, es otra cosa. Empezando porque Washington no tenía puta idea de los malignos planes de Brewer y su despacho, siguiendo con el resto de estados que ven amenazada su estabilidad por las protestas del mercado latino. Y con todo, sus oscuros pretextos me parecen apropiados y románticos: la idea es proteger al pueblo, según Brewer. Proteger al pueblo norteamericano. Cosa que no vendría mal a nuestro sensatísimo gobierno aprender, mas empecinados en lucirse con su mini NASA de bolsillo, narcoguerras y demás menjurjes que en cohesionar una sociedad fragmentada y autodestructiva. Me recuerda al divertídisimo escándalo por el Muro de la Vergüenza, con las Camaras exigiendo y lloriqueando por las multitudes norteñas que no podrían arriesgar sus vidas en el hostil desierto, en vez de reformar la creación de nuevos empleos dentro del país per se. Supongo que gimotear sale mas barato.

Nosotros, los intachables y tradicionales
mexicanos, para ponernos ad-hoc con lo moderno del siglo XVIII, armamos nuestras protestas y y campañas para defender la “institución” de la familia (ya definida por ese humanista que es Perverto Rivera), neutralizando el germen gay. Porque, a falta de campos de concentración, vacunas o mas asociaciones cristianas con la espapiriflautica capacidad de devolvernos al buen camino, nos conformamos con romper los principios elementales de nuestra constitución, negando los derechos que, injustamente, el colectivo LGBT ha luchado por recuperar.

Queridos medievales y activistas de sillón (
assholes), la Constitución afirma que “el varón y la mujer son iguales ante la ley. Ésta protegerá la organización y el desarrollo de la familia. Toda persona tiene derecho a decidir de manera libre, responsable e informada sobre el número y el espaciamiento de sus hijos”. Mejor aún, en sus primeras lineas suelta que “queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas”. Artículos 1 y 4, por cierto.

Ahora, cito
a Carlos Monsivais: “¿de dónde se extrae la un tanto peregrina conclusión: la igualdad ante la ley del varón y la mujer es igual al matrimonio del hombre y la mujer?”. A diferencia de otras naciones donde la homosexualidad es un crimen hecho y derecho (si, las mismas orgullosas de su arsenal nuclear, sus niños con K47 y sus hiyab), México se pretende un paso arriba en sus ideales de aceptación y brave new world; claro, hasta que se topa con que los floripondios escondidos en closets y callejuelas estamos hasta la madre de bajar la guardia, y exigimos a grito pelado nuestro reconocimiento como ciudadanos reales, no esa “pequeña minoria” que Jelipillo nos quiere meter por ojos y oídos. Culeate a quien quieras, baby, todos te respetamos, pero no me exijas tus derechos porque esto se pone cabrón.

¿No es, entonces, tan reprobable desafiar las leyes de la nación mas poderosa del mundo por un capricho que ni el
Gobernator pudo chutarse, como atacar sin ningún pex las garantias individuales de los homosexuales por mero infortunio de ignorancia? Allá en Arizona, minimo, no se andan con rodeos, y sin preguntar al pueblo (que tiene el gobierno que se merece) implantan semejante ley, sin armar encuestas y denuncias alrededor, y a callar. Aquí, sin embargo, nos atenemos a que la mafia Iglesia Católica y Topo Gigio digan que hacer, a quien crucificar, a cual noticiero cambiarle y donde poner las nalgas; los partidos dan a los ciudadanos la oportunidad de echar un fonazo y decidir quien es mas humano que otro; se destinan fondos públicos a campañas de homofobia disfrazada que se aplauden y agradecen, en pos de los derechos de los niños.

Porque, claro, ¡ni pensar en lo traumático y enfermizo que resulta para una criatura ver a dos hombres o dos mujeres besandosé con la misma prudencia que cualquier pareja
straight de defensivos y apropiados mexicanos! Uno de los primeros “valores” inculcados a la niñez azteca es la definición sexual de lo normal, lo correcto, lo natural, o como Esteban Arce atinó a decir con conocimiento enciclopédico, “lo que esta bien es hombre y hembra”. Los críos nacen casi diseñados para ser unos machos cabrios, henchidos de sana y fomentada homofobia. ¿No es uno de los lemas epitaficos de los norteños el “orgullosamente mochos”? ¿No son “pinche puto pendejo” y “no seas maricón” nuestros insultos mas queridos? ¿No son los personajes gays de Televisa (nunca los protas, ¿eh?) el chascarrillo de toda comida?

Los buenistas afirman que el principal riesgo de la adopción homo son los ataques que recibirán los pequeños en la escuela, a causa de tener dos padres o dos madres mas jotos que la discografia de Village People. Y vaya que tienen razón, es por todos sabido que el
bullying es culpa del escuincle con lentes, el escuincle obeso, el escuincle tartamudo, el escuincle prieto, el escuincle joto, jotísimo; nunca de una crianza represora, cegada y mamonamente conservadora. El tipo de crianza que educa a los rubios y changos niños norteamericanos en la tradición del mexicano frijolero con sombrero gigante y el son de la Negra en los labios.

Antes de hacernos los mártires, amén del Complejo del Indito Apaleado, no vendría mal echarnos un vistazo, si acaso somos los mas justos y progres: en la escuela de mi hermana, a Reiko no le llaman Reiko, le llaman
“la niña china”; a Mark no le llaman Mark, sino “el niño negro”. Bueee, a David no le llaman David, sino “el niño enfermito con las muletas”. A la tendera de la esquina no le llaman Olivia, sino “la señora esa que tiene cancer”. A Eduardo no le llaman Eduardo, sino “el hermano jotito de Silvia”. Antes, todos eran perseguidos cual leprosos. Ahora, a falta de naves de los locos, solo nos queda compadecerlos. Pero a fin de cuentas, nunca son seres humanos cualquiera.

So, ¿quién es el malo de la novela? ¿Él que corre de su casa a quien le carga los trapos sucios? ¿Él que reniega a otro de su propia sangre por un beso, una pinche oración? ¿Él que te saca a patadas de su nación? ¿Él que te odia por amar como tu no amas? ¿Quién?

Hey... ¡tú, yankee, joto, prieto, frijolero! ¿De verdad estamos tan equivocados?


Comments y mentadas bienvenidos. Y seguidores. Y reposts.

(arriba) cartón para El Universal, del maestro Boligán.

4 comentarios:

LauSanBal dijo...

Yo insisto: Yess para presidente / columnista de Milenio / Vocero de... pues de las minorías, o de los oprimidos, o como quieras llamarles... en verdad, este post es de los mejores que he leído...

Eduardo dijo...

Primero lo primero: Clap clap! Brillante post!

En general, la comparación del conflicto de la #LeyArizona con las protestas por el matrimonio entre parejas gay me parece interesante y acertado hasta cierto punto, ya que tocas un punto importante, lo bueno que somos para quejarnos de cosas que nosotros mismo hacemos, pero también creo que son caldos que se cocinan aparte.

En cuanto a la #LeyArizona mi postura es parecida a la tuya, lo único que esa señora (Jan Brewer) esta haciendo es cumplir la ley de su país (como la de todos los países) y protegerlo! Y eso es respetable y aunque queramos, no podemos pelear contra ello porque sería contradictorio. Pero si creo que independientemente de nuestro comportamiento dentro del país, esa ley tiene que bajarle dos rayitas a su racismo, y hacer cumplir las leyes sin necesidad de llegar a pisotear las garantías individuales de todo aquel que sea o parezca "prieto-frijolero" y provocar que esto se vuelva una cacería de brujas sin control.

Como sea, yo me he informado relativamente poco al respecto, y la política no se me da, pero creo que esto traerá más consecuencias negativas en el sentido económico tanto para ellos, como para nosotros.

Repito, excelente post!
Saludos!

The Lady Door dijo...

Mis otros yos y yo estamos completamente de acuerdo contigo. Y si, eresun gran comunicador,pero sobre todo,una gran persona que ve las cosas como son y por lo que son. Una ovación de pie a este escrito de parte mia (las 50 y muchas)y de mi madre, que es ahora tu fiel admiradora.

Carlos dijo...

No te comenté cuando lo leí pero ahora lo hago.

Me gustó mucho, estoy de acuerdo contigo en todo y si, al menos ella dijo que no sabía como lucía un indocumentado. Espero que esta ley sirva (que se que no lo va a hacer) para darnos cuenta de que tan racistas somos.

De acuerdo contigo en todo. Felicidades, magnifico blog!

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