sunday bloody sunday.

"broken bottles under children's feet / bodies strewn across the dead-end street."

(1) Fui con Susan al Centro, para el antes citado concierto dedicado a Kiko Chopin. Nadie nos dio razón del mentado recital, así que decidimos esperar hasta las cinco, cuando empezara el concierto de una Camerata. Vagamos durante un par de horas antes de que la damita se dignara a detenerse para comer... O creo que fui yo el que ponía cara de huelemierda en cada puesto de tacos/tortería/cafetería en el camino. Comí enchiladas suizas, y Susan, convencida de que los alimentos carnivoros son hechos con penes humanos, pidió molletes. Dah.


(2) Pagamos poco (YES!), y deambulamos a paso abuela hasta la Gandhi de Quevedo, a buscar libros infantiles para su sobrino. Solte un “¿que fucks?” al ver a Cortázar en la sección Erótica, y ahuyenté a alguna respetable clientela, de esa que debe sentirse hype por buscar libros de Dostoievski que no lee y comprar en starbucks. Sonreí. Me dijeron que si tenían Amberville, de Tim Davis; pocos ejemplares, pero los tenían. Sonreí de nuevo.


(3) Había una manifestación por la calle 5 de Mayo, y justo antes de empezar a gritar pendejadas sarcásticas (si, soy un anarquista joputa), noté que eran activistas contra las corridas de toros. Fue un orgasmo múltiple, que justo por estos días pensaba porque nadie protestaba con huevos sobre ese montón de afeminados con lentejuelas acuchillando seres inocentes. Me sentí... ¿emocionado? Sabiendo que aunque la mayoría de mis causas son batallas perdidas (la igualdad de géneros, la adopción gay o el mundo en manos de Pinky), hay una que aun vale la pena. Bah, yo me entiendo. Tardaría cuatro tesis en volcar el odio puro y seco que me produce la tauromaquía. Tradición, festejo, fiesta brava, “arte”... por favor, no mamen.


(4) Casi llegando a la Torre Latino, devorando sundae de chocolate, un trio de cuerdas se plantó frente al pasaje Alameda. Somos tan geeks y violinos, que nos echamos en el suelo a esperar que tocasen. Eleanor Rigby, Por una Cabeza y demás chuladas. Susan ahora presume que “tres chicos guapos me tocaron”... ok, la vieron tan sola y despechada que le dedicaron el Canon de Pachelbel. Será su máximo, pero estoy hasta la madre de escucharselo.

A destacar el hermoso violín del Guy #1...


...y el cellista mas rocker que Eicca Topinnen.


(5) Bah, llegamos tarde al che concierto. Por ende, estuvimos en la ultima fila, bendito sea. Dormité como solo yo puedo hacerlo en eventos culturales y clases de astronomia. Estuvo de hueva. Supongo que no podía ser un domingo tan chido. Crisisdeidentidad ©, ni sus luces. Ja.

"how long, how long must we sing this song?"

(arriba) Obras de mi adorada cámara digital.
(mas arriba) mi foto favorita de hoy. Le puse Islands.

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