aprendiz de Charlie Kaufman.


1. Solo a mi pueden pasarme cosas como...
romperme casi los tendones con la cuarta cuerda de un violín.
Tal vez porque tocando a Saint-Saëns equvocamente me siento Jimmy Hendrix y chingo a la pobre criatura con riffs. Pero es que, carajo... no puedo escucharme como un cisne navegando sobre las suaves aguas. Mi naturaleza es el oprobio y el horror, no hacer “cuak, cuak” en corcheas... lo cual no demerita que Le Cygne sea be-e-llísima. Como sea, en el tercer compás noté que mi dedo de britniseñal empezaba a menstruar. Per se, recordé que los dedos no tienen periodo, y de pronto, me encontraba en el pasillo chupándolo obscenamente y limpiando el arco sobre mis jeans. Dolía como castración. Ni siquiera Susan y su complejo de Madre Teresa corrieron a mi auxilio; todos estaban mas angustiados por las partituras antiquísimas sobre mi atril y su probable, sanguíneo desenlace. Okey, yo haría lo mismo... pero un curita hubiese estado padre, ¿no?

2. Me encontré a mi lejana ex novia, afuera del hospital donde esperaba a mi madre. Acompañaba a la suya (nunca mejor dicho), una "Señora que" digna de feisbuc. Fue de esos momentos incómodos que no sabes como mandar a la fregada; te resignas a soportar el interrogatorio forzoso, a comentar lo bonito de su cabello y los atavios flogger/punk/otaku, y a cerrar tu memoria a los recuerdos y sucias sandeces, dirty-talk incluido, porque la dama a su lado te mira con ojos reptiles y acusadores. Para rematarlo, mi madre apareció de pronto. Si no me ahogué de panico, fue porque ya estaba muerto de hueva. Y es que no hay nada mas insoportable que pensar en tu estoica madre guardándose el “puta” para la telenovela de las ocho, y el par de tetas vírgenes y amazónicas que conociste casi en la prepa.

3. Descubrí que tengo un serio problema con la comida chatarra. La mitad de mi gasto se va en papas a la francesa, sandwichs helados, panditas, alegrias, chips, galletas de animalito, cheetos.... Bendito sea mi metabolismo adolescente: cuando llegue a los veintitantos, o lipo o anorexia. Aunque ser gordo tendría sus ventajas: asientos extra en el bus, o vean a Hitchcock... nadie sabra que pedo con Psycho, pero todos recuerdan su barriga.

4. En efecto, hoy no tenía nada que escribir. Pero si no escribo, no recuperare ritmo. Y si no recupero ritmo, no escribiré mi novela. Y si no escribo mi pinche novela... bueno, crash and burn. Cual ladrón de orquídeas.


(arriba) el vocalista de Sigur Rós, en solista. Aplausos.
(mas arriba) violín de los Abney Park, diseñado por Molly Friedrich.
¡Me muero por uno!

2 comentarios:

meli dijo...

me gusta sii practica por q yo quiero leer esa novela y bueno si seguro las partituras son mas importantes q un dedo jaja q no sabes q vuelven a crecer? JAJAJAJA

limbonite dijo...

Ese tritono al comienzo esta de pelos, no? "El Diablo en la musica..." ñiaca-ñiaca-ñiaca! Me encanta "Danse Macabre." Este Halloween 2009, me propuse escucharla al punto de la media noche...y lo logre. (que loser, no?)

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