barra de carbón...!!

Un tal Massimo Tartaglia (cual David Chapman chulísimo), golpeó con una estatua de yeso a nuestro amigo Silvio Berlusconi (cachondo ministro italiano de genes pamboleros), que literalmente no la vio venir, pero si la vio llegar.

El buen Silvio me cae bien. Es como Bruce Wayne, pero mas empastado. Aun asi, no niego que se merecia una buena partida de madre, o bien
“La rotura d'il hocicco”.

"Yo no soy nadie" clamó Tartaglia, al inicio de su lento suicidio globalizado. También la vera llegar... y no tiene idea de como.


moraleja: la próxima vez, que sea Hugo Chavez. Y usen un molcajete, druguitos.

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